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La Virgen de la Amargura se hizo dueña de Rociana este fin de semana. Una imagen bicentenaria que llegó a este municipio de la mano de un párroco granadino. Las vicisitudes de la vida hicieron que llegara a las manos de Manuel García y su familia hace cuatro décadas. Desde entonces, esta dolorosa, que restauró el artista local Juan Manuel Parra, está expuesta al culto en la casa de su propietario. Su sueño era poder regalarle a su pueblo la visita de la Virgen. Y así ha sido.
Gracias, sobre todo, a la colaboración de todos los vecinos de Rociana, que no lo han dejado solo. Ni a Manuel, ni mucho menos a la Virgen de la Amargura. Tanto es así, que las cuadrillas del pueblo han sido las encargadas de pasear a María Santísima por las calles del municipio. Una salida extraordinaria y excepcional que, no tiene porque volver a repetirse, pero que, de ser así, sería una alegría para Rociana.
La Virgen de la Amargura era, inicialmente, una imagen de cabecera. Velaba los sueños de una familia local, cuya vivienda pasó a la propiedad de la familia García Muñoz. Comienza así la historia de una virgen que profesa gran culto y devoción en Rociana y regaló momentos únicos a su pueblo en una procesión para la historia.
