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La plaza de Toros del Descubrimiento de Palos de la Frontera acogió el pasado sábado la novena corrida pinzoniana, una tarde ya para el recuerdo con el indulto del cuarto de la tarde, Dominante, tras una faena que será de leyenda para este coso, del matador Antonio Ferrera. Ante una plaza llena con el cartel de no hay billetes, los aficionados pudieron disfrutar de un toro que remontaba en cada lance y que perseguía los vuelos de la muleta de manera muy fija. Tras una faena larga, el palco sacaba con buen criterio a tenor de lo visto en el ruedo el pañuelo naranja y se indultaba así por pirmera vez un toro en Palos de la Frontera. Ferrera cortaría de manera simbólica las dos orejas y el rabo, paseándolas junto al ganadero de Domínguez Camacho.
Precisamente, esta ganadería onubense trajo a Palos una corrida bien presentada, que propició el triunfo de otro de los matadores de la tarde, El Fandi, que cortó cuatro orejas, dos a cada uno de su lote tras sendas buenas faenas por los dos pitones y tras poner de forma espectacular los palos de banderillas, marca de la casa.
No corrió la misma suerte el torero onubense, David de Miranda, que le tocó el lote más deslucido de la tarde, aunque el de Huelva no se aminoró y apostó por la cercanía al final de su faena con el primero. Ante el segundo, que se paró pronto, inició con su quite por mirandinas, intentándolo por ambos pitones, antes de volver atascarse con la espada y terminando así su tarde en una corrida singular, única por su temática y escena, que rememora la época de los Hermanos Pinzón y la mayor gesta de la Humanidad: el Descubrimiento de América.
