Bernardo Montoya, el asesino confeso de Laura Luemo, ha cambiado su versión y ahora asegura que es inocente.
Montoya, habría explicado que quien realmente mató a la joven maestra fue su expareja Josefa empujada por los celos.
El asesino confeso de la maestra zamorana en El Campillo, que se encuentra recluido en el centro penitenciario de Sevilla II, en Morón de la Frontera, habría explicado a algunos funcionarios de prisión que fue su expareja, de nombre Josefa, quien le dio un golpe en la cabeza con un martillo a la profesora.
Dichos trabajadores de la cárcel han trasladado la información a su director y éste a su vez ha dado curso a esta nueva versión.
En su nueva versión, Montoya asegura que tras tres años sin saber nada de su expareja, ésta lo visita el pasado 12 de diciembre en su casa y que al verlo hablando con Laura por un ataque de celos le propina un golpe.
Al parecer, le reprocha a Bernardo haberle alquilado la casa a Laura a cambio de mantener relaciones sexuales con ella y, siempre según su versión, es cuando él lleva a Laura a la habitación y Josefa le propina dos golpes mortales.