La alcaldesa de Almonte, Rocío Espinosa, se ha reunido hoy en Madrid con la Dirección General del Agua para tratar el problema de la depuradora de Matalascañas.
El tratamiento de las aguas residuales en la localidad continúa siendo un quebradero de cabeza para el ayuntamiento de Almonte. Desde que en 1991 la Unión Europea aprobara la normativa vigente sobre depuración de aguas residuales, ninguna administración ha logrado terminar el proyecto. Espinosa negocia hoy con la Dirección General del Agua los pasos a seguir para cumplir con esta normativa.
21 años de retraso en la aplicación de una normativa comunitaria que han costado a España una multa de 12 millones de euros con un recargo por intereses de casi 11 millones más.
Una mala gestión ambiental en el entorno de Doñana que podría empezar a ver la luz en los próximos meses. De momento, ya se ha realizado el estudio de alternativas para ver dónde puede situarse la depuradora y qué sistemas son los adecuados en este entorno. Un paso más en un camino de más de dos décadas.