Los estudiantes del último curso del Grado de Educación Primaria de la Universidad de Huelva han participado en una experiencia de innovación basada en el método japonés conocido como los `Baños de Bosque´ o `Shinrin-Yoku´, que consiste en disfrutar del contacto con la naturaleza. Esta actividad fue impartida por la doctora en Psicología Aintzane Rejas Bilbao en el ecosistema natural que ofrece el Campus del Carmen.
Una terapia muy interesante teniendo en cuenta que, en la actualidad, muchos niños sufren problemas de déficit de atención o de falta de concentración debido a que reciben muchos estímulos a lo largo del día, especialmente a través de las pantallas del móvil, tablet o del ordenador, al tiempo que pasan muy poco tiempo al aire libre. Un estilo de vida que provoca que estén nerviosos y que les cueste concentrarse, relacionarse o ser creativos. Y, con esta técnica, pueden aprender inteligencia emocional, que les ayuda a hablar, comunicarse y a expresar lo que sienten. Es más, el ejercicio finaliza haciendo un círculo entre los asistentes para experimentar y socializar.
De hecho, esta doctora en Psicología cuenta con una consulta en la que trabaja mucho con las familias, “porque los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero no saben cómo hacerlo. Las máquinas, como el móvil, están bien, pero no deben ser el eje de nuestra vida. Por ejemplo, se han perdido las horas de juego en familia y los niños ya no tienen capacidad de frustración. Y tenemos que aprender a saber perder. Frente a esta realidad, hay que volver a la naturaleza. Por eso, invitamos a las familias a que vayan a pasear al campo o al bosque junto con sus hijos. Llevar este aprendizaje al aula permite a esos niños abrir una ventana diferente a todo lo que tenemos en nuestra sociedad”.
Los `Baños de Bosque´ o `Shinrin-Yoku´, en japonés, consiste en pasear conscientemente por los bosques mediante técnicas de mindfulness, lo que nos aporta numerosos beneficios saludables, como la reducción del estrés o el incremento de la concentración. Una cuestión que, según explica esta psicóloga bilbaína, se debe a que “los árboles, como puede suceder con especies como los pinos, desprenden una sustancia llamada fitoncidas, que, si la respiras, genera una armonía interna, tanto física como psíquica. Esto provoca que, después de pasear por el bosque, se sienta un gran bienestar, como muy bien sabemos en el norte, donde lo llevamos practicando desde siempre”.
El entorno del Campus del Carmen, para Rejas Bilbao, es “idóneo para el Shinrin-Yoku, un método que se practica desde hace 200 años en Japón, donde hay parques adaptados para que la gente vaya a pasear después de trabajar”. Y este campus universitario cuenta con una considerable riqueza arbórea, recogida por el Aula de Sostenibilidad de la UHU en la Guía de Árboles del Campus del Carmen, un proyecto que fue dirigido por Adolfo Núñez Rodríguez, que incluye un CD con todos los árboles del campus.
Una terapia que se recomienda realizarla una vez a la semana y, que básicamente, consiste en volver a la naturaleza frente a los modelos de sociedad actual, cada vez más urbanizada. Según Aintzane Rejas, “intuitivamente, cuando queremos sentirnos mejor, volvemos a contactar con lo natural, como puede suceder en Huelva con ir a la playa o darte una caminata por el campo. Funciona como un antidepresivo”.
En concreto, en el Shinrin-Yoku se trabaja a través del mindfulness siguiendo cinco pasos: 1) Experimentar el aquí y el ahora, fomentando el disfrute del presente, tomando conciencia de cada paso en nuestro paseo, teniendo en cuenta detalles como la temperatura del aire o el canto de los pájaros, que puede ser muy relajante, de ahí que sea necesario “caminar en silencio o, si vas hablando con alguien, nunca tratar temas que generen conflicto, además de que debemos apagar el móvil y no llevar otro tipo de elementos electrónicos, como auriculares, para sentir la experiencia en su conjunto”, comenta la doctora; 2) Elegir una ruta, que podría cambiarse si sientes que la necesitas; 3) Respirar lenta y profundamente, ya sea caminando, tumbado o sentado, para visualizar cómo las sustancias sanadoras de la naturaleza entran en tu cuerpo; 4) Dejar pasar las nubes mentales, es decir, que si nos invaden pensamientos destructivos, debemos dejarlos que fluyan y que se vayan tranquilamente; y 5) Sentirse parte del todo, siendo conscientes de que estamos integrados dentro del universo.
Una serie de pasos que persiguen en todo momento estar relajado y disfrutar, de ahí que, durante nuestro paseo, esta psicóloga recomiende “utilizar los cinco sentidos, porque casi siempre utilizamos sólo la vista y el oído y tenemos un poco olvidados el gusto, el tacto o el olfato, así que en los Baños de Bosque usamos los cinco sentidos y disfrutamos del momento mágico que nos ofrece la naturaleza. Puedes hacerlo descalzándote, para sentir el suelo, la hierba en tus pies, observar si vemos una luz bonita que se cuela entre las ramas, coger una hoja de un árbol para olearla y mordisquearla. Y así con todo lo que podemos encontrar, ya sea el musgo o las flores de los árboles, puesto que, por ejemplo, el azahar de los naranjos y la esencia de mandarina se recomienda para dormir. Todos necesitamos de ese tiempo para nosotros y hay que conocer la naturaleza de forma lúdica. Eso sí, siempre con árboles saludables que puedas abrazar, estar en sintonía con ellos y sentir su energía, algo que los niños, al ser más espontáneos, hacen de manera más natural”.
En definitiva, los `Baños de Bosque´ proponen volver a la naturaleza a través del mindfulness de conciencia plena. Una herramienta cómoda, fácil y barata de realizar, dado que también puede efectuarse en un parque, estando recomendado para cualquier edad. Porque, tal y como puntualiza la Dra. Aintzane Rejas Bilbao, “en la sociedad todos estamos necesitados de más relax, de más comunicación y de ponernos en el lado del otro para entender y comprender. Y esto es lo que he intentado transmitir a los estudiantes de la Universidad de Huelva”.