Ayer se presentó el cartel anunciador de la Venida de la Virgen, una pintura realizada en óleo sobre lienzo, obra de Fernando Vaquero en la que ha querido representar el atardecer de verano “que los almonteños llevan esperando siete años”.
Podemos ver a la Virgen en el templete del camino de Los Llanos, donde se le pone el pañito para iniciar el camino hasta Almonte, el gentío, las oraciones de sus hijos, los vivas, las salvas de escopetas. Un rayo de sol atraviesa las ráfagas de la Virgen que portan las abuelas almonteñas, también su corona y su media luna.
La Pastora se despide del Rocío bajo esa corona efímera en forma de circular. Vaquero en esa forma ha imaginado una de las dos “O” que componen la palabra Rocío, esa “O”, como dijo en su intervención “con la que termina la Salve: Oh clementísima, oh piadosa, Oh dulce siempre Virgen María.”
Y sobre su nombre, “he pintado tu otro nombre: la Blanca Paloma” concluía Vaquero en su intervención, donde también ha tenido un recuerdo para su tío Francisco Maireles.