La accesibilidad es una de las cartas de presentación de la playa de Matalascañas. Y todo, gracias a infraestructuras como la silla oruga. Con la pertinente formación por parte de monitores reglamentarios y socorristas, las personas que presentan problemas de movilidad reducida pueden disfrutar del baño y la orilla, sin ningún tipo de inconveniente.
En concreto, la línea de costa de Matalascañas dispone de 2 puntos que refuerzan la accesibilidad, con la dotación de este tipo de silla. Uno de ellos, hasta el que se puede acceder con el coche, previo paso de la barrera de entrada, es el de Bajo Guía.
Accesibilidad y ruptura de barreras y fronteras de desigualdad. Estos son los elementos del verano en la Playa de Doñana.