El portavoz de WWF en Huelva, Juan José Carmona, ha valorado la aportación de empresas privadas, instituciones u ONGs, a la recuperación de las zonas afectadas por el incendio de Doñana, del que el pasado mes de junio se cumplieron dos años de este fuego, que se originó en el paraje de Las Peñuelas en Moguer (Huelva) y que afectó a un total de 10.340 hectáreas, en su mayor parte de titularidad pública situadas en montes de los municipios de Almonte, Lucena del Puerto y la localidad moguereña.
Todo ello después de que hace unos días la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, y el director general de Endesa Andalucía y Extremadura, Francisco Arteaga, firmaran un convenio para colaborar en la restauración de varias zonas del Parque Natural de Doñana que resultaron afectadas por el citado incendio.
La iniciativa, que forma parte del proyecto corporativo Bosque Endesa, conlleva una inversión superior a 130.000 euros y actuará sobre una superficie de 40 hectáreas de donde se plantarán alrededor de 18.000 árboles de especies autóctonas adecuadas a la zona entre las que se encuentran el alcornoque, el sauce, el fresno, el madroño, el mirto, el acebuche o el piruetano.
Para Carmona, «todo el que venga a aportar, bienvenido sea», a lo que ha añadido que «habrá más ayudas tras anunciar la Junta que estaba abierta la convocatoria para la colaboración de entidades privadas».
En este sentido, el portavoz de WWF ha precisado que expertos de la organización y cuadrillas de profesionales han analizado con la Junta la posibilidad de llevar a cabo las tareas de recuperación en algunas zonas afectadas analizándose posibilidades técnicas de diferentes espacios o qué tipo de restauración se puede llevar a cabo, ya que «no es lo mismo una zona de duna o de monte», a lo que ha añadido que «se están estudiando también algunas especies, tipo enebro o sabinas, que han tirado peor de manera natural y necesiten un refuerzo». El objetivo comenzar el próximo otoño aunque todo dependerá de la climatología.
Por otro lado, en cuanto a la recuperación de la zona afectada ha señalado que «queda el mayor reto, aplicar el plan de restauración» diseñado por expertos. En este sentido, ha subrayado que «ya se ha hecho el trabajo que se correspondía con este periodo, que era tomar medidas lógicas de urgencias, algo que se ha realizado de manera modélica, e ir llevando a cabo las actuaciones para dejar trabajar a la naturaleza y apoyarla». A partir de ahí, para Carmona, ha insistido, «queda el mayor reto, aplicar este plan que contó con el Consejo de Participación de Doñana», ha remarcado.
Desde WWF consideran que el diseñado es «un buen plan de restauración y lo importante es llevarlo a cabo y que acompañe la climatología, ya que no es lo mismo recuperar un entorno como este a corto plazo en próximos años de sequía o de lluvia».
«Tenemos que tener en cuenta que se han perdido monte con una madurez de 50 y 60 años y volver a recuperarlo es cuestión de largo plazo y de mucha paciencia», ha remarcado Carmona, quien ha instado a «poner en marcha las lecciones aprendidas como la creación de un bosque más heterogéneo».
96,1 MILLONES DE EUROS DE GASTOS
No obstante, ha precisado que lo que se está llevando a cabo «se está haciendo bien y dando los pasos necesarios para que la restauración de la zona afectada pueda servir de ejemplo». Dos años después del incendio continúan los trabajos de reforestación, tal y como diseñaron los expertos en el plan de restauración, y la Junta de Andalucía ha ampliado los gastos de daños y extinción a 96,1 millones de euros, una cantidad que un principio se cifró en 73,2.
Según reza en el informe definitivo sobre afecciones y costes, al que ha tenido acceso Europa Press, los gastos abarcan desde las tareas de extinción hasta la restauración de toda la zona afectada por el fuego y el aprovechamiento de madera, leña, forestales o cinegético, la pérdida del valor recreativo, carriles bici, pasarelas, instalaciones o la muerte del lince ‘Homer’, entre otros. A su vez, esta cantidad de 96 millones las Fiscalía de Huelva la ha redodeando hasta los 100 teniendo en cuenta que hay numerosas infraestructuras que se vieron dañadas que no son titularidad de esta administración.
El fuego, que comenzó a las 21,15 horas del 24 de junio de 2017 uniéndose muchos factores para su propagación con virulencia como la hora, los 42 grados de temperatura que hacía y vientos de más de 90 kilómetros por hora, obligó al desalojo de más de 2.000 personas, muchas de ellas alojadas en el Hotel Solvasa, en el Parador de Mazagón, en el camping Doñana, y otros vecinos las casas de la zona conocida como Bonares, inmigrantes de asentamientos de las zonas de Las Madres y Las Posadillas, personal del INTA y el Centro de Cría en Cautividad de El Acebuche, donde falleció un lince. La infraestructura más dañada fue el citado camping, que quedó asolado y que reabrió sus puertas un año después de este siniestro.