La Virgen del Rocío ha amanecido, este miércoles, vestida con sus galas de reina, cuando se cumple poco más de un mes desde su estancia en la Parroquia de la Asunción de Almonte. Los almonteños vuelven a ver a su patrona en la parroquia de esta manera, tras portar durante dos meses sus galas de viaje, algo para lo que han esperado casi siete años.
Las hermanas camaristas han vestido esta pasada noche a la Virgen con el traje que realizaran las mujeres del taller de bordados de la Hermandad Matriz en 2015. Se trata de un terno compuesto por saya, corpiño, mangas, sobre mangas y el traje del Niño. El manto que luce es el conocido como “de Pentecostés”, confeccionado en los talleres sevillanos de Santa Bárbara y que estrenase en la romería de 2011. Las flores que acompañan al vestido, realizadas por José Manuel Vega, son capullos de rosas y jazmines en tonos pasteles.
De esta manera, la Hermandad Matriz ha querido recrear la iconografía que lució la Virgen para su Coronación Canónica en el año 1919: lleva la corona con la que fue coronada en junio de aquel año, y el rostrillo que regaló Juan Francisco Muñoz y Pabón, en plata, cuya réplica del original ha regalado la Hermandad de la Redención de Sevilla en 2018, realizado en el taller de Fernando Marmolejo.
Como novedad, las ráfagas de punta de martillo han recuperado su color original en plata, obsequio del canónigo almonteño, Tello de Eslava en el siglo XVIII, y el conjunto se completa con la peana de madera que se labró, aunque no se llegó a utilizar en 1988 con motivo del 175 aniversario del Rocío Chico y los atributos de la Virgen y del Niño también recuperan su color original en color plata, junto con la medialuna a sus pies.