Doscientos sesenta y tres años después, Valverde del Camino volvió a renovar su voto de acción de gracias a su patrona, la Virgen del Reposo.
El 1 de noviembre de 1755 tuvo lugar el fatídico terremoto de Lisboa, que supuso una gran catástrofe para la provincia de Huelva. Sin embargo, en Valverde el movimiento sísmico sólo se dejó sentir y tan sólo causó daños en la parroquia cuando se celebraba la Eucaristía, no causando daños personales.
Por ello, en 1756, se instauró el voto perpetuo por los cabildos eclesiástico y civil de la Villa, por el cual los vecinos acuden a la iglesia para dar gracias a la Virgen del Reposo por haber librado a la localidad de estos efectos devastadores.
De esta manera, los valverdeños proclaman a la Virgen del Reposo como “defensora de los terremotos”, y la sacan en procesión en recuerdo de ese voto jurado de forma solemne y perpetua. Un día que lució más que el sol y que los vecinos disfrutaron con su patrona, de nuevo, en sus calles.