Más de un tercio del territorio onubense está conformado por espacios naturales protegidos. En concreto, Huelva cuenta con 24 espacios reservados a la naturaleza.
Nuestra capital dispone de un Parque Nacional, dos Parques Naturales y ocho Parajes Naturales, entre otros enclaves del máximo valor ambiental y paisajístico.
Doñana se erige como una de las joyas de la provincia y, en palabras de la delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, en ‘un extenso monumento de la biodiversidad’. El grueso de la superficie protegida lo completa ‘otro tesoro a salvaguardar’, el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
La figura más numerosa es, por otro lado, la del Paraje Natural, bajo cuya catalogación Huelva dispone de enclaves como Sierra Pelada y Rivera del Aserrador, Marismas del Odiel, Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido o Marismas de Isla Cristina. Sin olvidar las Peñas de Aroche, las Lagunas de Palos y Las Madres, el Estero Domingo Rubio o los Enebrales de Punta Umbría.
El mapa de espacios protegidos continúa en la provincia con tres Reservas Naturales, las de la Laguna de El Portil, la Marisma de El Burro y la Isla de Enmedio, para ampliarse con la Reserva Natural Concertada de Puerto Moral. Otro de los puntos emblemáticos es el Paisaje Protegido de Río Tinto, una huella de 16.957 hectáreas del legado minero y metalúrgico de Huelva.
Otros enclaves son los Parques Periurbanos de El Saltillo y Lomero Llano y de La Norieta, a los que hay que agregar los Monumentos Naturales del Acantilado del Asperillo o los Acebuches de El Rocío, ambos en Almonte; la Montera de Gossan, la Encina de la Dehesa de San Francisco, el Acebuche de El Espinillo y el Pino Centenario del Parador de Mazagón. Todo ello, sin olvidar el Arboreto del Villar.