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La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ha puesto de manifiesto, durante el Consejo Consultivo de Medio Ambiente celebrado hoy, los “pasos de gigante” que está dando Andalucía en depuración y aguas regeneradas en los dos últimos años, fruto del cambio en la política regional adoptada por la Junta de Andalucía.
Se trata de una consulta elevada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a las comunidades, previa a la reunión del Consejo de Ministros de la Unión Europea en materia medioambiental. La cita ha servido para exponer la posición política sobre los compromisos del Consejo en relación con los objetivos y acciones de cara al nuevo Plan de Acción de la Unión Europea para la economía circular. Asimismo, se ha puesto sobre la mesa los beneficios de la digitalización y sus potenciales efectos sobre el medio ambiente.
La consejera ha trasladado a la ministra el proceso participativo abierto por el Gobierno de Juanma Moreno en la comunidad y que culminará con la aprobación de la Ley de Economía Circular, cuyo principal objetivo se orienta a “convertir el residuo en una oportunidad y que no sea un problema”. La creación de este marco normativo, cuyo anteproyecto de ley se encuentra en exposición pública, supondrá la transición hacia un modelo de protección ambiental que fomente el uso racional de los recursos, alargue la vida útil de los productos y minimice la generación de residuos.
De hecho, Andalucía aspira a ser pionera al adaptar la reciente estrategia europea a su legislación, y se adelanta al Estado en esta regulación legal, con el reto añadido de contribuir al crecimiento económico sostenible y a la generación de empleo. Todo ello apoyado en tres pilares: el impulso de las administraciones autonómica y local, la empresa como motor de cambio y la sociedad, en su conjunto, desde la concienciación y el consumo responsable. Desde esta perspectiva, se pretende acabar con el concepto lineal fabricar-usar-tirar y apostar por una economía más limpia y competitiva, capaz tanto de renovar los sectores productivos tradicionales como de abrirse decididamente a las nuevas actividades demandantes de empleos estables y de calidad.
