Villalba del Alcor vive este cinco de febrero la onomástica de su patrona, Santa Águeda. Después de su traslado –inéditamente realizado de forma privada- y de su novena en estos días, los villalberos rinden pleitesía a su Santa en una situación muy complicada.
Y es que, aunque la pandemia está remitiendo en el municipio, las altas tasas de incidencia obligaron a la hermandad a tomar la decisión de realizar los cultos a puerta cerrada en sus primeros días. Luego, se procedió a la apertura de la parroquia de San Bartolomé, pero sólo con un aforo del 30 por ciento.
No obstante, la función principal se ha podido llevar a cabo esta mañana manteniendo las medidas de seguridad, y los devotos han podido acudir durante la tarde a venerar a la que es patrona también de las mujeres operadas de mama –en alusión al martirio que sufrió-.
Con todo esto, los villalberos sólo tienen un deseo en la mente: salud. Es el objetivo marcado para que, en el próximo año, al menos, la imagen de la patrona pueda de nuevo ser trasladada a hombros de sus devotos.