Este mediodía, tras la Misa de Pascua, se ha presentado en la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de Almonte el cartel con el que la Hermandad Matriz de Ntra. Sra. del Rocío anuncia ya Pentecostés. Una obra llena de luz y color, realizada en acrílico sobre tabla, por el artista de Mairena del Alcor, José Manuel Peña.
El presidente de la Matriz, Santiago Padilla, ha querido agradecer, en sus palabras de bienvenida, a Peña, por la entrega y el entusiasmo que ha mostrado desde el primer día con este encargo. Una obra que, reconoce su autor, “no es un cartel al uso, ni lo pretende”, sino que ha querido representar “todo aquello que hemos dejado de vivir”.
Petalada Infinita es el título que Peña ha querido poner a su obra. Ha explicado que sobre el tablero blanco ha ido esparciendo “todas esas petaladas que la Virgen no ha recibido durante estos dos años y esos pétalos de mil colores van componiendo y formando recuerdos”.
En la parte central, presidiendo la obra, vemos a la Reina de las Marismas y al Pastorcito Divino. Formada a partir de pétalos de rosas rosadas, color que simboliza la bondad, el cariño, la generosidad, la ternura, pero, sobre todo, explica Peña, “el respeto y la admiración”.
A modo de marco, en los extremos, nos encontramos con Su camarín, con sus querubines y ángeles celestiales, para ellos, pétalos amarillos, ocres, naranjas, rojizos, azules y verdes, color “de Esperanza”, destaca Peña, en alusión al lema con el que la Hermandad Matriz se dispone a vivir este tiempo, como un “Rocío de Esperanza”.
A los pies de la Blanca Paloma, vemos como la peana se torna en pétalos de lirios morados de color madrugada, que sirven de fondo a una de las más hermosas estampas, el Santuario de la Virgen. Al fondo, con las puertas de par en par abiertas, se aprecia a la Virgen en procesión, por las calles de la aldea, repartiendo fe y esperanza almonteña.
El camino no podía faltar en este cartel. “Está delante y a la vez detrás”, confiesa Peña, y es que las letras de “ROCÍO” no son pintadas, son trazadas con los surcos que van dejando a su paso los simpecados, en su largo caminar. Sobre los trazos de Su nombre, aparecen un puñado de amapolas, margaritas y romero, flores que, año tras año, perfuman ese camino de color y aroma.
Para terminar sus palabras, Peña ha desvelado unos pequeños detalles que ha querido incluir en el cartel. En la corona de la Virgen, la Blanca Paloma deja caer de su pico un par de gotas sanadoras de esta pandemia sobre el mundo. El otro gesto, ha sido el crespón negro en uno de los valares, como símbolo de luto y respeto a todas las personas que nos han dejado a consecuencia del Coronavirus.