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La demanda expansiva y los avances tecnológicos dotan de plena estabilidad al sector minero 

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El verdadero secreto que está convirtiendo a las minas andaluzas en la piedra preciosa de la industria regional (3.200 millones de euros de facturación anual y 10.000 puestos de trabajo directos más 30.000 entre indirectos e inducidos, abriéndose hueco en un mercado internacional muy exigente comandado por las superpotencias mundiales) es una ventaja competitiva que le otorga su bagaje histórico.

Lo sintetiza todo un experto en la materia como Francisco Sierra García, el delegado onubense del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Sur que a lo largo de su dilatada carrera profesional ocupó puestos directivos en Riotinto Minera, Sotiel y hasta de Minas de Aguas Teñidas (Matsa) en sus inicios: «Los nuevos inversores están muy interesados en explotaciones que cuenten con un historial minero previo que permita reactivarlas rápidamente». «Crear una mina partiendo de cero puede tener un coste temporal de entre siete y diez años. E igual que ya pasó con las cuatro minas onubenses que se están explotando en estos momentos (Aguas Teñidas, Sotiel, Magdalena y Riotinto), todas las que están ahora mismo en proceso de exploración en Tharsis, La Zarza, Concepción, Torerera, Los Frailes, etcétera, podrían activarse en procesos cortos de entre tres y cuatro años o incluso menos», estima Sierra, muy expresivo en cuanto al potencial minero andaluz en su convicción de que «las grandes minas de Huelva y Sevilla aún están por descubrirse».

Las actuales explotaciones en Andalucía son muy importantes a nivel español e incluso europeo, pero relativamente pequeñas a escala mundial. Tienen, eso sí, un tamaño ideal para reaccionar rápidamente a cada movimiento de mercado, contribuyendo a que las cotizaciones se mantengan elevadas dentro de un contexto en el que los inventarios de stock físicos apenas alcanzan a satisfacer la demanda internacional a tres semanas vista. Así las cosas, podría decirse que la minería andaluza no compite ni con las minas de Chile ni con las de Perú ni con nadie: todos los yacimientos de cobre son necesarios y tanto Huelva como Sevilla están llamadas a jugar un papel esencial en ese nicho.

Es como si la crisis minera de finales del siglo XX simplemente hubiera sido una pesadilla demasiado larga, como si toda la frustración y desesperanza de una generación hubiera quedado reducida a un mal sueño.

Y es que ha cambiado el paradigma: si antes se sucedían ciclos largos de bajas cotizaciones -de entre cinco y siete años- y ciclos cortos de precios altos -de tres a cuatro años-, ahora -y por mucho tiempo según los analistas- la demanda es puramente expansiva y lo único que interesa es satisfacer con prontitud un mercado pantagruélico.

Pero no sólo es la demanda lo que ha evolucionado en la minería autonómica. «El modelo actual es totalmente diferente al que se prolongó hasta 2006 o 2007 y está poniendo los pilares para que Andalucía opte incluso a liderar la transición a la nueva economía digital a nivel europeo», certifica el experto, pródigo a la hora de desgranar las claves de la nueva filosofía minera: «Los métodos intensivos de exploración son los más avanzados tecnológicamente. Dentro de la mina ahora hablamos de equipos automatizados, de control remoto, de sostenimiento seguro en hastiales, pernos y mallazos, de micropilotes en fallas, de fibra óptica, de wifi en todas las explotaciones, de ventilación controlada, de explosivos y detonadores más seguros… Es cierto que venimos de un año muy duro en cuanto a siniestralidad, pero estadísticamente si antes por cada millón de horas trabajadas se producían de 20 a 25 accidentes, ahora el índice de frecuencia se acerca a cero. La seguridad integral se ha convertido en un factor esencial, al igual que la responsabilidad ambiental: la recirculación de aguas en los procesos con vertido cero minimiza el consumo. Y luego están las altísimas recuperaciones del yacimiento. Hemos pasado del 45 al 90% en minería de interior a recuperación metalúrgica de cobre en los polimetálicos, donde apenas superábamos el 30%, hoy día se
ha duplicado con creces ese porcentaje. Y si hablamos de cobrizos, hasta se rebasa el 90%».

Francisco Sierra destaca también lo que define como «el mayor hito de la minería mundial en los últimos 30 o 40 años»: el uso de pasta cementada para rellenar los huecos mineros y reducir residuos. Además, confirma nuestra competitividad en términos netamente monetarios, algo más que esencial para este resurgir: «Sumando minería, tratamiento, fusión, refino y fletes y restándole ingresos netos por metales preciosos, a nivel mundial encontramos desde minas con costes negativos a explotaciones que superan los 2,3 dólares americanos de coste por libra [453,59 gramos]. Y la minería de Huelva ahora mismo está por debajo de los 1,40 $/lb, entre los percentiles 40-50».

Impulso administrativo

¿Qué nos puede hacer aún más competitivos aparte de la mejora de las infraestructuras para el transporte? Todo lo que ayude a reducir los tiempos de respuesta a la acuciante demanda mundial es bienvenido. La optimización de las tramitaciones para agilizar los permisos y autorizaciones (en lo que tienen que ir de la mano todas las administraciones implicadas) es uno de los objetivos en los que trabaja la Secretaría General de Industria y Minas, adscrita a la Consejería de Transformación Económica, Industria, Energía y Universidades que encabeza Rogelio Velasco. La seguridad jurídica, seña principal del Gobierno de Andalucía, coadyuva también al éxito de los proyectos mineros, en los que el Ejecutivo autonómico quiere potenciar aspectos tecnológicos que incrementen la cadena de valor y el aprovechamiento de los minerales andaluces con la producción de metales puros como tratamiento final de los concentrados. En este sentido, se están viendo avances notables, como la futura refinería polimetálica de Cobre las Cruces (que permitirá tratar en una misma planta concentrados de mineral procedentes de cualquier explotación) o el proyecto de
investigación E-LIX de Atalaya Mining para sacar al mercado un mínimo de 10.000 toneladas de cobre puro.

Igualmente, para impulsar la Revolución Verde andaluza, es firme la apuesta autonómica tanto por la electrificación de los sistemas de transporte y excavación (reemplazando los motores de combustión) como por la generación de energía de fuentes renovables, con el objetivo último de lograr el autoconsumo eléctrico en los procesos productivos. Y tampoco se pueden perder de vista algunos productos realmente preciados que también esconde el subsuelo andaluz.

Por ejemplo: la Unión Europea está proponiendo a los países miembros que hagan valer sus recursos propios en la producción de materias primas fundamentales como el cobalto, el metal más codiciado por los fabricantes de ‘tablets’, telefonía móvil (no en balde cada ‘smartphone’ contiene entre cinco y diez gramos de Co) o baterías tanto de litio como para coches eléctricos (consumen hasta diez kilos). Los precios del cobalto siguen disparados en 2021 (a 52.500 dólares ha llegado a cotizar la tonelada tras un subidón del 64%) con el hándicap de que el 60% se extrae de la República Democrática del Congo -en un contexto bélico permanente y bajo unas condiciones laborales demenciales- para procesarse en China. Pues bien: en nuestra Faja Pirítica resulta que también hay cobalto, al igual que otros de los denominados ‘critical raw materials’ como el germanio o el indio, cuya importancia tecnológica obliga a poner encima de la mesa proyectos para su aprovechamiento.

Pero es que también hay zinc. Y plomo, oro y plata. Así que quizá no sea nada descabellado soñar despiertos con el florecimiento de una potente industria transformadora. ¿Por qué no? Sirva como referente que Huelva ya dispone de la fundición Atlantic Copper, tercera empresa europea y primera en España en producción de cobre (300.000 toneladas anuales, amén de un millón de toneladas de ácido sulfúrico) premiada por tercer año consecutivo como la fundición más eficiente energéticamente sobre la faz de la Tierra.

«Andalucía tiene un excepcional presente minero, pero el futuro puede ser esplendoroso. Hay mucho dinero disponible en el mundo que apuesta por nuestros minerales en alza; y quienes manejan esos capitales buscan eficacia, simplificación y seguridad jurídica. La coordinación del órgano sustantivo con las otras administraciones colaboradoras, tanto medioambientales como locales, es la clave. Si se perfecciona ese engranaje, los nuevos proyectos mineros y la atracción de grandes inversiones serán una realidad», augura Francisco Sierra. Encomendarse a Santa Bárbara quizá sea el mejor de los negocios.

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