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El PP de Almonte no deja de sorprender. Los siete militantes que fueron expulsados por WhatsApp en abril de este año han sido finalmente readmitidos por esta misma vía.
Los afectados reconocen que se sienten «más que sorprendidos, perplejos. Esto es un esperpento».
«Se trata de una decisión absurda, que no se entiende», explica uno de ellos, que culpa a la presidenta, Rocío Martínez, y a su secretario general, Francisco Antonio Gil, del «caos» en el que, a su juicio, se halla sumida la formación.
Los citados militantes no entienden esta readmisión al considerar que la junta, que ya ha anunciado un congreso local para el próximo 14 de diciembre, debería estar disuelta.
«Se nos echó porque nuestras opiniones eran incómodas, molestábamos y ahora nadie entiende que se nos readmita porque no es el momento», insiste uno de los afectados, que recuerda que su expulsión fue recurrida y esta readmisión tendría que haber llegado antes y no ahora.
A su juicio, en el partido existe un «gran descontento» no solo por la «gestión» de la presidenta sino por la presencia de quienes se está rodeando, en alusión a «quienes se quieren hacer con el partido».
Estas personas, en su opinión, «han logrado anular la autoridad de la presidenta actual, si es que alguna vez la tuvo».
Los militantes expulsados tienen previsto reunirse este fin de semana para analizar la situación y decidir posibles medidas a llevar a cabo.
