En Hinojos… huele que alimenta. Las manos de las reposteras amasan y preparan los dulces caseros que luego son comprados por los vecinos. Y todo ello, con el fin de colaborar con su hermandad. Es el caso de la de la Vera-Cruz y la Esperanza, que, como novedad, este año los han elaborado en estas fechas navideñas, que se suman a las tradicionales del Corpus y del Día de la Invención de la Cruz.
Una venta que cuenta con el apoyo de todos los hermanos, pero, en especial, de esas mujeres que dedican tiempo y recursos para realizar estos manjares que bien acompañan las tardes de camilla y sofá.
Porque siempre es buen momento para endulzar estas frías y grises tardes de invierno, y un dulce a nadie le amarga, los cruceros de Hinojos ven la ocasión perfecta para que las penas sean menos penas y mantener una tradición que pervive en el tiempo.