La Universidad Internacional de Andalucía ha puesto en marcha un nuevo máster propio, con el objetivo de ofrecer una formación especializada a profesionales en el área de la Enfermería Práctica Avanzada. En colaboración con la Escuela Andaluza de Salud Pública, este posgrado ahonda en aquellos conocimientos y competencias relacionadas con los cuidados oncológicos, paliativos, ostomías o tratamientos complejos de diabetes.
Una formación, con matrícula abierta hasta el 20 de diciembre y opciones de financiación tanto por la EASP como por la UNIA, que “aúna el desarrollo de las competencias transversales que toda Enfermería de Práctica Avanzada (EPA) debe poseer, como la gestión de casos, la investigación, la docencia o el liderazgo clínico entre otras”, según su codirectora Eva Martín (EASP).
Con ello, los estudiantes profundizarán en diferentes ámbitos de asistencia clínica en torno a cuidados paliativos y al final de la vida, atención a las personas con ostomías, gestión de casos en la cronicidad compleja, atención a personas con heridas crónicas complejas, cuidados oncológicos y la atención a personas con diabetes compleja.
Para Serafín Fernández (SAS), codirector del máster, “la Enfermería de Práctica Avanzada constituye una oportunidad para que los sistemas sanitarios sean más eficientes”, y ha remarcado la necesidad de ofrecer esta formación a través de máster de acuerdo con todas las recomendaciones del Consejo Internacional de Enfermería.
Además, ha enfatizado sobre la importancia de potenciar la capacidad de liderazgo clínico: “Estas profesionales tienen un nivel de responsabilidad y autonomía en el desempeño de sus funciones muy amplio. Son enfermeras que conducen procesos de implantación de evidencias en cuidados y ayudan en la transferencia del conocimiento en áreas de cuidados muy concretas”.
La actual demanda de los sistemas de salud
La demanda en el ámbito de la enfermería ha cambiado en consonancia con las expectativas y necesidades de la población. Entre los asuntos que más urge tratar en la actualidad, Serafín Fernández señala el envejecimiento, la dependencia, el aumento de la comorbilidad o las enfermedades crónicas complejas, y asegura que “la ciudadanía cada vez pide más participación y autocuidados, lo que se traduce, en otras cosas, en nuevas necesidades a las que debemos dar respuesta”. Y ha añadido que “los roles clínicos avanzados a través de figuras como la EPA contribuyen a que los países presten una atención de alta calidad, segura, asequible y centrada en el paciente en todo el mundo”.
Estos roles avanzados que se demandan, según apunta Eva Martín, “van más allá de las funciones y competencias atribuidas a la enfermera generalista” y requiere un alto grado de autonomía para tomar decisiones complejas. Es por ello que el Máster Propio en Enfermería de Práctica Avanzada de la UNIA pone énfasis en potenciar este perfil profesional tan concreto con la finalidad de adaptarse a la reorientación que requieren los actuales sistemas de salud.