Carlos Cordero García, jefe de sección de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez, colabora con la Organización Mundial de la Salud (OMS) tras haber sido seleccionado como miembro del grupo de trabajo de enfermedades musculoesqueléticas, dentro del programa “Rehabilitación 2030: una llamada a la acción”.
Este grupo de trabajo está constituido por 43 profesionales sanitarios de 24 países diferentes; un equipo multiprofesional que representa a todas las regiones de la OMS e incluye a los diversos perfiles profesionales implicados en la atención de estas enfermedades.
En concreto, la labor del doctor Cordero se centra en contribuir como parte del grupo de revisión por pares en calidad de experto en la rehabilitación del dolor lumbar, osteoartritis, artritis reumatoide y fracturas para el desarrollo del Paquete de Intervenciones en Rehabilitación (PIR) de la OMS.
El PIR será un recurso que contendrá información sobre intervenciones basadas en la evidencia para la rehabilitación, que ayudarán a los estados miembros con información relevante a fin de facilitar la integración de la rehabilitación en todas las plataformas de prestación de servicios en los países, con un enfoque específico en el contexto de aquellos de recursos bajos y medios.
Los miembros del grupo de revisión por pares son responsables de examinar los borradores de paquetes específicos de condiciones de salud y proporcionar comentarios a través de una encuesta en línea y, a partir de entonces, unirse a conferencias web para discutir las revisiones potencialmente requeridas de los paquetes preliminares. Su aportación es fundamental para el desarrollo del PIR.
La OMS, dentro de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, ha definido el logro de la cobertura universal de salud como uno de los objetivos estratégicos prioritarios. Para abordarlo en los servicios de rehabilitación, ha lanzado el programa “Rehabilitación 2030: una llamada a la acción”.
La rehabilitación es un servicio de salud básico para las personas a lo largo del ciclo de vida, para una amplia variedad de enfermedades agudas y crónicas, como niños con trastornos del desarrollo, personas que sufrieron lesiones o personas mayores con afecciones crónicas relacionadas con la edad.
Por ello, es fundamental que los estados miembros cuenten con orientación técnica para establecer y fortalecer los servicios de rehabilitación en línea con las necesidades de la población. Esto significa identificar las intervenciones de rehabilitación que deben priorizarse para la integración en el sistema de salud, así como los recursos necesarios para brindarlos de forma segura y eficaz.