El delegado de Cultura, Ángel Romero, ha visitado esta mañana en Manzanilla la Ermita de Nuestra Señora del Valle, patrona de localidad, y la casa rectoral y cilla, dos de los edificios más em-blemáticos de este municipio.
La ermita, que databa de principios del siglo XVI, fue reedificada y engrandecida en los primeros decenios del XVIII a instancia de los Osorno, familia principal de Manzanilla. A mediados de esa centuria fue nuevamente ampliada, con el crucero y la capilla mayor, debido a la devoción del rejoneador José Moreno Daza, agradecido por un favor que atribuía a la Virgen del Valle. En 1822 los Osorno levantaron el atrio con su azotea y costearon un nuevo retablo. También corrieron los Osorno con otras obras menores a mediados del XIX. El 24 de diciembre de 1992 terminó un largo proceso de restauración integral del edificio que había comenzado en 1981. Posteriormente, el 19 de agosto de 1996 el edificio fue inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como bien de catalogación general. En esta ermita se encuentra la imagen del ‘Niño Jesús Dormido’, restaurado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, una escultura policromada del siglo XVII, de gran valor histórico-artístico, que se encuentra ubicada en el interior de un pequeño camarín-urna en el retablo de la ermita.
Posteriormente, el delegado de Cultura se ha trasladado a la casa rectoral y cilla que conforman un bello ejemplar de complejo arquitectónico doméstico-agrícola de finales del XVIII. El conjunto se compone de casa rectoral propiamente, graneros y dos molinos de aceite, con sus características torres de contrapeso. Este complejo edilicio conjuga lo funcional con unas depuradas formas estéticas tardoba-rrocas que lo hacen único en su tipología en toda la provincia de Huelva.
Iglesia dentro una fortaleza
A continuación, en Villalba del Alcor, Romero ha visitado la iglesia de San Bartolomé, declarada Monumento Nacional en 1931, y que “posee una de las fábricas más singulares de entre todas las iglesias parroquiales de la provincia de Huelva” ha declarado el delegado de Cultura.
Es una iglesia inserta en una fortaleza de posible origen almo-hade. Se compone de un rectángulo flanqueado por cuatro torreones, dividido en dos zonas: la primera es propiamente el templo y la segunda la que se usa como vivienda y dependencias parroquiales. Estas dos partes forman ángulo recto en torno al patio central. La planta de la iglesia propiamente se compone de dos naves principales de arcos transversales que forman también ángulo recto, en cuyo vértice se levanta la cabecera común, coronada por una gran bóveda esquifada de doce paños.
La impronta de fortaleza y templo, que comparte con otros dos edificios religiosos onubenses como la parroquia de San Antonio Abad de Trigueros y el convento de Santa Clara de Moguer, convierten a este templo en arquetipo de las iglesias y conventos fortificados mexicanos del siglo XVI.