Un total de 23 empresas del sector del comercio minorista –cadenas de supermercados-, junto con la organización ecologista WWF, han pedido al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, que no siga adelante con la proposición de ley aprobada el pasado mes de febrero, con la que se pretende reformar el Plan Especial de Regadíos de la Corona Norte de Doñana.
Las entidades, que se abastecen de fresas y frutos rojos de Doñana y de la provincia de Huelva, lo han hecho público en una misiva enviada al presidente del Gobierno andaluz, en la que han querido mostrar que su deseo es que “la zona prospere tanto desde un punto de vista medioambiental como social”, por lo que han remarcado que su compromiso es “garantizar que los productos que venden sean producidos de forma sostenible”.
En dicha carta, los firmantes quieren mostrar su preocupación por las consecuencias que puedan derivarse de esta reforma, en la que se pretenden regularizar finalmente unas 700 hectáreas que pasarían a ser consideradas de regadío, alertando de que “la sostenibilidad constituye un tema muy importante para los consumidores y empresas” y de que confían a las autoridades competentes “asegurar una gestión responsable del suelo y del agua”.
Las empresas del sector, unidas a WWF, piden que se “aplique plenamente” el Plan aprobado en 2014, ya que “hace posible el mantenimiento a largo plazo de la economía de la zona”.
Por su parte, la Plataforma en Defensa de los Regadíos del Condado ha solicitado hoy “diálogo” a estas 23 cadenas de supermercado europeas, ya que, a su juicio, están siendo engañadas.
El presidente de la Plataforma, Romualdo Macías, ha lamentado que “se oiga solo una parte, la de los ecologistas, y no se tenga en cuenta la voz de los que trabajan cada día esos frutos rojos”, y asegura que “lo que les está llegando es desinformación”.
Macías ha aclarado que estas hectáreas históricas que se recuperarían “no tienen derecho a agua, por lo que no hay que temer un daño al entorno” y ha recordado que hay que trabajar “por la llegada del agua superficial, con un trasvase aprobado desde el año 2018”, además de que, precisamente, “así es como trabajan, dando la mano siempre al medio ambiente, con medidas que garanticen la sostenibilidad y el mínimo impacto, como la instalación de sistemas que controlan el riego o la medición de sustancias”.