Un soniquete de tambor y flauta anuncia un nuevo Rocío. Un sonido que renace tras un importante parón a consecuencia de un virus que paro nuestras vidas.
La llegada de una romería que ha sido calificada como la romería del reencuentro y que está sumergida de lleno en todos y cada uno de sus preparativos.
Horas que restar al reloj y días que tachar en el calendario, porque ya está cerca la jornada en la que postrarse ante ella, la Blanca Paloma.
Son numerosos los actos y cultos que ya han comenzado en el municipio de Almonte con motivo de la romería de Pentecostés. Uno de ellos ha sido a cargo de los tamborileros de Almonte. Un grupo que tras recorrer e inundar sus calles de la música propia e inconfundible de estas fechas, han querido rendir homenaje a todos los compañeros que representan la esencia del tamborilero de Almonte, El Rocío y Matalascañas.
Una manera de poner en valor las tradiciones, el trabajo y la constancia en figuras tan importantes como la del músico de flauta y tamboril.
Así, Almonte se ha sumergido en uno de los momentos más sonoros y especiales. Un arte que se ha ido heredando de generación y generación…
Y que espera con ansias volver a abrir el camino que lleve hasta los pies de la Patrona de Almonte.