Hace dos días que la Virgen del Rocío regresó a su Santuario y ya está lista para celebrar una nueva Romería de Pentecostés, el reencuentro de tantos rocieros en la aldea almonteña. Viste de Reina, entronizada en las andas procesionales que hace una semana estrenó en la procesión extraordinaria de despedida por las calles de su pueblo.
La Blanca Paloma luce el traje confeccionado por el taller de bordados de la Hermandad Matriz en 2015. Se trata de un terno compuesto por saya, corpiño, mangas, sobre mangas y el traje del Niño. El manto es el conocido como “de Pentecostés”, realizado en el taller de bordados de Santa Bárbara, en 2011.
La Virgen y el Niño llevan las coronas de 1919 de su coronación canónica. Las ráfagas son las de punta de martillo, en plata sobredorada, de 1949. Las flores que luce son ramilletes de margaritas, amapolas, jazmines y lavándulas.
Como estrenos, la Virgen porta un cetro realizado en oro y marfil, enriquecido con perlas, amatistas, esmeraldas, zafiros y rubíes. El cetro del Pastorcito es a juego, y un orbe, ambos realizados en el taller de los Hermanos Delgado; regalo del artista Manuel Lombo. También luce un nuevo broche de plata con el nombre de Rocío sobre la media luna, donado por nuestra hermana Luz María Acosta.
Mañana miércoles la Hermandad Matriz celebrará su Misa de Romeros, a las 10 de la mañana desde el Alto del Molinillo antes de emprender el camino hasta la aldea, donde llegará al anochecer para vivir una nueva romería que comenzará oficialmente el próximo viernes 3 de junio, tras dos años sin celebrarse desde el Santuario.