Para una madre, “el derecho a proteger la salud y la vida de un hijo» está por encima de todo. Y esta es la carta de presentación de una mujer onubense y madre de un menor con espina bífida, que lamenta y no entiende el rechazo a que su hijo sea atendido por una enfermera en el colegio. Una información que ha llegado a la redacción de Condavisión a través de correo electrónico, y que ha sido escuchada por la dirección de este medio, por la línea telefónica.
La administración andaluza no ha postulado su decisión favorable a dicha asistencia, dejando en jaque la salud plena y efectiva del menor.
El chico no aparenta agravantes físicos, pero se encuentra con la dificultad de no controlar sus esfínteres. Además, su vejiga no se vacía completamente, por lo que su familia ha de sondarlo varias veces al día, coincidiendo, una de ellas, con el horario escolar.
Según señala nuestra madre coraje, “el problema se solucionaría si cualquier enfermero de un centro de salud cercano cubriera ese aviso, en el baño del mismo centro educativo”.
Los médicos aseguran que si el pequeño no se sondara para vaciar completamente su vejiga su vida correría peligro.
Nuestra “Supermadre” seguirá luchando y agotando canales de reclamación para conseguir hacer realidad la asistencia fundamental que requiere su hijo.