Palos de la Frontera quería sentir uno de los domingos más bonitos del año. La parroquia de San Jorge Mártir celebraba su eucaristía previa a la procesión del santísimo sacramento. El Corpus Christi se abría paso entre juncia y romero. A Los más pequeños les inundaba una sonrisa que atrapaba y a los mayores un brillo en los ojos diferente. Porque, la vuelta corpus, este 2022 ha sido eso… especial.
El olor de las calles, los altares preparados con mimo y exornados por vecinos de la localidad, unos balcones que lucían su mejor vestimenta. Horas de cuidados que han valido la pena. Le tocaba al Corpus Christi recuperar su procesión.
Hasta el cielo estaba diferente… y palermos y palermas acompañaban al santísimo con esos niños a los que le quedan semanas para recibir la comunión. Pétalos, incienso, romero… una simbiosis de alegría, fe y esperanza para pedirle a Dios que les siga cuidando y que se cumplan sus oraciones.
Una tradición asentada en la que confluyen todas las asociaciones y hermandades o colectivos que tienen representación en palos para enaltecer este día. El cortejo lo han formado como cada año la hermandad de penitencia, la del Rocío y la hermandad de la Patrona, la virgen de los Milagros, encargada de organizar la procesión sacramental.
La festividad más importante para los católicos que históricamente se vive de una forma muy especial en la provincia de Huelva. Una alfombra por la que camina Jesús sacramentado y en la que se le pide y se le reza por todos los palermos.
La banda municipal del pueblo acompañó durante toda la procesión, por la calles de la localidad, y puso color al ritmo de cantos y petaladas que envolvían este día tan bonito. Porque el corpus es diferente y porque Palos de la Frontera quería volver a sentirlo.