Profundo dolor en la mañana del sábado, una mañana triste y fría que hizo enmudecer al pueblo a la llegada del cuerpo de la pequeña Miriam a la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Tras el coche fúnebre iba la familia: una joven madre, Gema María Cuerda, rota por el dolor; la abuela de la niña, Concha Rodríguez, que ha vivido junto a su hija esta dramática historia; Leticia y Francisco Reyes, una familia que llegaba agarrada, unida por el sufrimiento.
El funeral tenía lugar a las diez de la mañana y la iglesia se llenó de amigos, vecinos y numerosas personas que querían manifestar su solidaridad y apoyo a la familia en este duro trance. Minutos antes de la llegada del cuerpo hicieron su entrada el alcalde de La Palma, Juan Carlos Lagares, y el alcalde de Fiñana, Rafael Montes, así como la Corporación Municipal palmerina.
Lágrimas en los ojos y silencio, mucho silencio y respeto hacia la familia. Muchas madres que no entienden el porqué de este horror de arrebatar salvajemente a un hijo, un drama que, por desgracia, ya ha acechado a vecinos de La Palma con anterioridad.
El funeral ha sido concelebrado por el párroco de la localidad, Francisco Martín