La revolución tecnológica 4.0 ha supuesto un cambio de paradigma ético-jurídico en la sociedad contemporánea. Esta disrupción de las tecnologías convergentes (NBIC) “está metamorfoseando todos los ámbitos profesionales, desde la sanidad, la ciencia, la economía, la educación, la cultura, la política, la ética humanista y, por supuesto, el mundo del derecho”, han indicado los directores del curso Ruth Rubio y Fernando H. Llano, de la Cátedra Unesco de Derechos Humanos e Interculturalidad de la UNIA y de la Universidad de Sevilla, respectivamente.
Esta actualidad tan presente se está debatiendo en el encuentro ‘Inteligencia Artificial (IA), justicia digital y derechos humanos’, que se desarrolla estos días en la sede de La Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).
Así, la aplicación de las tecnologías digitales y la IA, tanto en la enseñanza como en la práctica del derecho, “está suponiendo el paulatino desplazamiento de la justicia argumentativa por la justicia digital, y una sustitución del razonamiento jurídico y la motivación de las decisiones judiciales y las resoluciones administrativas de acuerdo con un criterio de solución algorítmica, en vez de la ponderación de bienes e intereses según el principio de justicia como equidad”, ha expuesto Rubio, quien ha agregado en su ponencia que “el derecho a no sufrir discriminación se pone a prueba, por los sesgos algorítmicos que pueden darse con los sistemas IA”.
Esta deshumanización del derecho, “en aras de los principios de eficacia y certeza que aporta el uso de la IA jurídica, ofrece oportunidades, pero, también, plantea retos que afectan a los derechos y libertades de la ciudadanía, a los límites del Estado de Derecho y a la gobernanza global en el ámbito de la Unión Europea”, ha agregado Llano, que, en este sentido ha reflexionado sobre los cinco “neuroderechos” fundamentales, “en los que la novedad podría ser el derecho a la identidad o a la capacidad de controlar nuestra integridad y mental”.
Por su parte, la doctora María Isabel González ha abordado la neurotecnología y el derecho penal con IA, indicando que “la aparición de la IA con aplicación directa en el ser humano, y a la tecnología, supone riesgos jurídicos que deberán ser cubiertos por el Derecho Penal”. Así, ha puesto como ejemplo que “la utilización de dispositivos hápticos y de apoyo basado en tecnología IA con chips cerebrales causa una potencial peligrosidad en la defensa de derechos, como la protección de datos, la libertad o la salud mental”.
Entre las ponencias se han tratado temas como los dilemas de la IA en el contexto jurídico, IA y derechos humanos y el uso de la misma por parte de los poderes públicos, así como la ética de la IA, la protección de datos y el derecho a la intimidad y su aplicación en procesos penales.
Temáticas muy de actualidad que están siendo fuentes de debate y reflexión entre los expertos en IA y los profesionales que están usándolas, contando en este curso también con los ponentes José Miguel Bello, de la Universidad de Sidney, y los catedráticos de Derecho Miguel Ángel Presno, Juan Antonio Carrillo y Mercedes Llorente.