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En medio de la incertidumbre y las tensiones en torno al procedimiento del reparto de fondos para el área socioeconómica de Doñana, el Ayuntamiento de Almonte denuncia la transformación de Doñana en un lugar mercenario, donde la conservación se ve amenazada por intereses políticos y prácticas cuestionables.
El espectáculo continúa, y el MITECO, con su enfoque para la distribución de 70 millones, ha suscitado la indignación al convertir a Doñana en un terreno de especulación. Tras el previo conflicto sobre el robo del agua, ahora se va a permitir el robo de fondos destinados a los municipios del Parque Nacional, perpetrado por municipios externos al mismo, y todo esto bajo la premisa de afinidades políticas, particularmente, por ser de miembros del PSOE.
El alcalde de Almonte, Francisco Bella, ha expresado que, a pesar de todo, sigue confiando en que el Ministerio corrija la irresponsabilidad de los alcaldes externos a Doñana, a quienes acusa de “ver el Parque como una tarta a repartir, sin considerar su valor ecológico y la dedicación de las poblaciones locales a su conservación”. Esta situación levanta serias dudas sobre la integridad del proceso y la imparcialidad en la distribución de los recursos.
Fuentes ecologistas ya han manifestado su rechazo, alegando que el mercantilismo aplicado por el gobierno de Sánchez en este caso no es más que una repetición de la misma fórmula utilizada en otras cuestiones nacionales. La idea de que todo, incluso la sostenibilidad, pueda comprarse o venderse, resulta alarmante y contraproducente para la preservación de espacios naturales como Doñana.
Desde el consistorio almonteño advierten que, si el MITECO consiente este proceso, habrán condenado a Doñana a un retroceso significativo en términos de conservación, “tirando por la borda más de cincuenta años luchados por la conservación del espacio natural”, señala Bella. La complicidad de las poblaciones de Almonte e Hinojos, históricamente implicadas en la conservación del Parque y desmarcadas de este acuerdo, se vería comprometida, generando un quiebre en la relación entre las comunidades locales y las autoridades gubernamentales.
En todos los sectores conservacionistas y ecologistas, se considera que este proceso al que Hugo Morán ha sometido a Doñana, es una agresión contra los pueblos genuinos del Parque y que el futuro podría devolver el golpe en forma de conflictos territoriales. El Ayuntamiento de Almonte insta al MITECO a reconsiderar sus decisiones y a priorizar la preservación de Doñana sobre intereses políticos partidistas.
