La Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, a través de su Delegación Territorial en Huelva, ha prohibido esta semana el marisqueo y la comercialización de dos moluscos bivalvos (coquina y longueirón) entre las playas de Isla Canela y Mazagón. Esta medida se ha llevado a cabo tras constatar la contaminación por biotoxinas lipofílicas (DSP) por encima del límite legal establecido por la reglamentación comunitaria procedentes de esta franja litoral.
Los controles realizados en las últimas semanas han dado como resultado un aumento del fitoplancton productor de toxinas lipofílicas en varias zonas del litoral onubense, en concreto de especies del género Dinophysis. Este fenómeno ocurre de manera habitual casi todos los años entre primavera y verano y disminuye de manera natural una vez que las microalgas tóxicas desaparecen, garantizando que el consumo de los productos del mar es totalmente seguro.
La principal causa de posibles intoxicaciones es precisamente la acumulación de toxinas en los moluscos, sustancias que se caracterizan por ser termoestables; es decir, que no desaparecen tras el cocinado del alimento. Por esta razón, su presencia puede generar un riesgo para el consumidor. Ante esta situación, se procede al cierre temporal de las zonas de producción con el fin de garantizar la seguridad alimentaria, salvaguardar la salud de los consumidores y evitar posibles intoxicaciones como consecuencia del consumo de estas especies.
El control sanitario periódico de las zonas de producción de moluscos de Andalucía se realiza en el Centro Andaluz de Control y Calidad de los Recursos Pesqueros de Cartaya, adscrito a la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (Agapa) y designado como laboratorio oficial para el control y seguimiento de los moluscos bivalvos de todo el litoral andaluz. En estas instalaciones se realizan todos los análisis bajo la acreditación de la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) en la norma UNE-EN ISO/IEC 17025:2017, garantizando que todos los controles son precisos, fiables y reproducibles.
Situación legal y sanitaria de las zonas de producción de moluscos
Los moluscos bivalvos como la coquina, el longueirón, el berberecho o la chirla, entre otros; son animales marinos que se alimentan de algas microscópicas o fitoplancton presentes en el agua de mar mediante la filtración de grandes volúmenes de agua.
En concreto, la coquina (Donax trunculus) y el longueirón (Solen marginatus) son especies muy valoradas en la gastronomía andaluza, sobre todo en los municipios costeros donde se captura. Por esta razón, su captura contribuye de forma significativa a la economía local, tanto mediante la creación de puestos de trabajo directos (licencias de marisqueo a pie y licencias de marisqueo en inmersión) como en relación al empleo indirecto en el ámbito de la comercialización de este recurso pesquero.