Tras la decisión de aprobación, el pasado viernes 23 de mayo, en el Pleno municipal de la zona azul en Matalascañas, diversas opiniones cristalizan el sentir de los vecinos y vecinas almonteños.
Conociendo el incremento porcentual de la población en Matalascañas en tiempo estival, el Gobierno local busca controlar, asegurar la ocupación y descartar la siniestralidad en Matalascañas. De ahí, la decisión de implantar zona azul en el litoral almonteño, con el objetivo último de facilitar el orden en la circulación de los vehículos durante el verano.
En otro orden de circunstancias, a esta redacción ha llegado una nota de prensa donde se confirma el posicionamiento opuesto por parte de la Asociación de Propietarios de Matalascañas, quienes alegan «un trato desfavorable» entre población permanente y visitantes.
Una población que, sin embargo, muestra su descontento con el «comportamiento incívico» en momentos determinados del periodo estival en términos de suciedad en la costa y el núcleo urbano, ruido exagerado en momentos de la noche así como «falta de empatía» en lo relativo a reservas en locales y restaurantes.
Para el equipo de Gobierno almonteño es fundamental hacer crecer la economía de Matalascañas, otorgando el bienestar fundamental a sus vecinos y consiguiendo una buena sintonía entre población permanente, «domingueros» y turismo vacacional.