Puntada a puntada, Ana, ha logrado esto que ven.
Aunque lo parezca, no es una fotografía, es un bordado hecho a punto de cruz.
Un trabajo que esta hinojera realiza con dedicación, mimo y mucho esmero, y que da como resultado cuadros como este.
Un hobbie que practica desde hace más de 20 años, y que ha convertido su casa, en una auténtica galería de arte.
Todos sus diseños le gustan… pero hay dos que le tienen robado el corazón.
Ana no es consciente, pero con sus manos y su esfuerzo, está creando un tesoro que perdurará durante generaciones en el pueblo de Hinojos.