Un informe pericial, que ha sido presentado en el Juzgado de Instrucción número 1 de La Palma del Condado, encargado del doble crimen de Almonte, en el que asesinaron a una niña de ocho años y a su padre en abril de 2013, ha asegurado que el presunto autor, en prisión preventiva desde el pasado mes de junio, abrió la puerta de la casa con sus correspondientes llaves. En la citada vivienda se hallaron los cadáveres, de lo que se cumplen dos años este miércoles.
Cabe precisar que la vivienda tenía dos puertas –una para acceder a la entrada y otra para acceder a la casa en sí en una planta superior– y que un amigo de la víctima, que salió de la misma sobre las 21,45 horas del día en el que ocurrieron los hechos, aseguró a la Guardia Civil que cuando se marchó «la puerta de la planta superior la dejó abierta, es decir no la llegó a encajar, pero respecto a la puerta de la calle, la cual es metálica, estaba completamente seguro que una vez tiró de ella y la encajó, comprobó que la misma no se abría», por lo que se había echado solamente el pestillo resbalón, según reza en el informe, al que ha tenido acceso Europa Press.
Por su parte, especialistas del Departamento de Balística y Trazas Instrumentales del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil elaboraron otro informe sobre el estudio de las dos cerraduras de estas dos puertas, en el que concluyen que en las mismas «no se aprecian marcas o señales que denoten forzamientos, ganzuados o aperturas mediante útiles o instrumentos tipo llave falsa», indicando además que «se puede vulnerar la seguridad del sistema actuando sobre el pestillo resbalón, hasta liberarlo, haciendo uso de útiles como plásticos flexibles, trozos de radiografías o micas».
A este respecto y al no haberse estudiado en conjunto también la puerta y bajo la duda de usar estos útiles, la acusación solicitó otro que implicara la cerradura y la puerta de acceso desde la calle a la escalera.
En el mismo, encargado de nuevo por la acusación al perito Juan José Hellín, éste considera probado que «debido a las peculiaridades del marco y la hoja, no es posible vulnerar este pestillo, desde el exterior de la puerta de acceso principal de la citada vivienda, bajo el procedimiento del uso de los citados plásticos flexibles». Por tanto, sostiene que la citada puerta se abrió con llaves.
Llegados a ese punto, según estima el perito, «hay que tener en cuenta que el agresor no sabía si estaba en ese momento echado o no el pasador del resbalón. Es más, aunque hubiera visto salir al amigo de la víctima del domicilio y hubiese observado que la puerta se cerró sólo por el pasador del resbalón, ¿cómo podía saber si la puerta de arriba estaba cerrada mediante varias vueltas de llave, o no?», se pregunta.
Pero el dato «más significativo y relevante» para el perito es que el pasado mes de diciembre, el instructor del presente informe se personó en el lugar de los hechos en compañía de los letrados de la acusación particular y miembros de la Unidad Central Operativa (UCO), al objeto de realizar por parte del instructor del presente informe un reportaje fotográfico y mediciones del lugar, estudio de dicha puerta y su cerradura.
Así, durante el transcurso de dichas acciones se procedió a intentar abrir la puerta del portal mediante plástico flexible y trozo de radiografía, siendo «imposible vulnerar por este medio la seguridad del sistema, debido a que dichos elementos no pueden actuar sobre el pestillo de golpe (resbalón)», a lo que añade que es «imposible introducir algún objeto entre el marco y el canto de la puerta donde están ubicados los elementos de seguridad anteriormente descritos».
Por tanto considera que esta segunda hipótesis «se descarta sola», indicando además que «no resulta lógico ni razonable que una persona vaya a asesinar a otra a su domicilio, en plena vía pública, junto a un disco pub, a unas horas en las que lo más probable es que se pudiera encontrar transeúntes».
Por todo ello, cree que «no tiene sentido que se pusiera a abrir la puerta con plásticos flexibles o trozos de radiografías a expensas de ser sorprendido por alguien, máxime en un pueblo en el que todo el mundo se conoce».