El onubense Carlos Capella no dudó en convertir su última publicación, Los Libros de Eledan: Enroque, en un instrumento para colaborar con el Fundación Cajasol Sporting. El mensaje es claro, “comprar este libro, no es sólo adquirir literatura, es también ayudar a gente que necesita el apoyo económico, moral y personal de todos los onubenses”, explica Carlos.
En cuanto a la temática de la obra, a la venta desde finales del mes de abril, Capella nos cuenta que se trata de “una historia de literatura fantástica, ambientada en un mundo imaginario al que llegan unas personas de nuestro tiempo, sin saber dónde se meten o a qué se enfrentan”.
Capella supo de la existencia del club a través de su anterior presidente, José Antonio Muñoz Lozano, y desde ahí, colaboró con ellos ofreciéndoles poder transportar a las jugadoras y personal del equipo, desde los aeropuertos más cercanos -Sevilla y Faro- hasta sus residencias, cuando eran fichadas, y llevarlas de vuelta cuando terminaba la temporada. Tuvo la oportunidad de ver el trabajo de este club por dentro y los valores que representaba. Desde el principio vio que eran una gran familia donde todos se apoyaban y donde ponderaban, sobre todo, los valores del deporte, basándose siempre en la humildad y el trabajo, en el sacrificio que muchas veces tienen que hacer.
Según el autor, “el deporte femenino me ha impactado estos últimos años, viendo cómo con poco, pueden hacer mucho, y tenemos la prueba en los últimos éxitos del deporte femenino onubense, donde los ejemplos más claros están en el Sporting, campeonas de la primera Copa de Andalucía y de la Copa de la Reina, o en Carolina Marín, que llevan el nombre de Huelva por toda España y por todo el mundo. Pero la consecución de medallas y títulos sólo es la parte vistosa de un trabajo de años, el fruto de un esfuerzo y una dedicación propia de verdaderas campeonas”.
Comprar el libro es demostrar el compromiso con el Sporting, con el deporte femenino, es demostrar a todas esas muchachas que trabajan cada día por darnos alegrías en tantas disciplinas que no están solas. Que las llevamos a hombros cuando triunfan y que les tendemos la mano cuando se caen para volver a llevarlas a lo más alto. Aportar una pequeña cantidad de dinero es allanar el camino tan duro que recorren, es caminar a su lado y hacerles saber que su esfuerzo tiene un motivo.