Un total de 77 localidades de la provincia de Huelva tienen en la actualidad su Plan de Emergencias Municipal aprobado, que ha contado para su elaboración con el apoyo y asesoramiento de técnicos de la Junta de Andalucía a través del Servicio de Emergencias 112 y del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA).
La elaboración de estos planes se ha realizado en distintas fases. Así, en 2012 había ya realizados 20 planes de emergencia, a los que en 2014 se sumaron otros 17. En el último año, en 2015, se ha producido un gran avance llegando a aprobarse 40 planes más, de los que 22 ya han sido homologados por la Comisión regional de Protección Civil de Andalucía.
Un Plan de Emergencia Municipal tiene el carácter de Plan de Emergencia Territorial y constituye un instrumento normativo mediante el cual se establece el sistema orgánico y funcional, así como los mecanismos de actuación y coordinación para hacer frente con carácter general a las emergencias que puedan presentarse en el ámbito de ese término municipal.
Este plan, con un eminente carácter técnico, determina la coordinación entre las distintas administraciones públicas llamadas a intervenir ante una emergencia, garantizando la función directiva de la entidad local en el marco de sus competencias y la organización de los servicios y recursos que sean necesarios.
De esta forma, se prepara a la localidad para que pueda atender las emergencias que se produzcan en su término municipal, posibilita la coordinación y dirección de los medios intervinientes, optimiza los recursos y garantiza la conexión con los procedimientos y planificación de ámbito superior.
Los planes de emergencia municipal son elaborados por los propios ayuntamientos que, una vez aprobados, se trasladan a la Comisión de Protección Civil Andalucía para su correspondiente homologación.
En los planes queda recogida toda la información del municipio como son sus rasgos geográficos generales, peculiaridades geológicas, climáticas, hidrológicas, caracterización y usos del suelo, vegetación y fauna, división político-administrativa, demografía, vías de comunicación, patrimonio histórico o espacios naturales.
Asimismo, se realiza un estudio de riesgos entre los que se incluyen los sísmicos, posibilidad de incendios forestales, cuándo se producen las grandes concentraciones de personas o las principales actividades deportivas, así como sus principales elementos vulnerables.