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Data de principios del siglo XX y la Hermandad de San Isidro es la más antigua de Villarrasa. Los vecinos de este pueblo han celebrado este fin de semana las fiestas en honor al Patrón de los Agricultores. Una celebración que nada tiene que ver hoy con la de sus inicios.
Nacía como una fiesta familiar en la que, tras la misa, se sacaba al Santo y los vecinos se reunían para comer los populares altramuces. Tras el parón de la Guerra Civil, en 1946 la hermandad vuelve a tomar las riendas de esta costumbre popular creando la actual celebración de San Isidro. Una festividad que va creciendo cada año y que comenzaba este viernes con la procesión tras la Función Principal.
Unos 16 jóvenes de diferentes hermandades portaban al Santo al son de la Banda de La Cena de Huelva. El recorrido por las calles finalizaba en la ermita de la Virgen de los Remedios, lugar del que partía, el sábado por la mañana el conocido Romerito.
Un sol radiante pintaba de devoción una estampa ya simbólica en Villarrasa. Caballistas, peregrinos, carretero y tartanas salían hacia El Huerto del Hambre donde vivirían una intensa jornada de convivencia hasta bien entrada la madrugada.
Unos festejos donde los jóvenes van adquiriendo cada vez más peso. Y es que a esta romería se han unido peñas de amigos no sólo de Villarrasa, sino de toda la provincia.
