El domingo empezaba en Almonte con olor a romero, las calles revestidas de altares y el ambiente típico para celebrar el Corpus. Una jornada que ha tenido su punto de partida en la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción con el oficio de la misa. Tras ella, las puertas de la parroquia se abrían para dar paso al recorrido de una de las festividades más señaladas dentro del fervor religioso.
Los niños que han recibido este año su Primera Comunión y la Confirmación comandaban el cortejo junto a la representación de las asociaciones, hermandades y la corporación municipal. También se volcaron los vecinos con el adorno y montaje de los diferentes altares, que engalanaron todo el itinerario tradicional para rendir gloria al Santísimo.
Además, el Corpus de este año en Almonte ha sido especial, ya que la Hermandad Sacramental celebró en la previa el 75 aniversario de la bendición de la imagen de la Virgen de los Dolores y que ha estado expuesta en besamanos durante el fin de semana.