Un nuevo 8 de septiembre agolpó a la población iliplense a las puertas de la Iglesia Parroquial, a la espera de la salida en procesión de la Virgen del Pino. En esta edición, la Patrona fue llevada a costal, por primera vez, como ya se hiciera con San Walabonso.
La Reina de las murallas, tal y como expresan los vecinos de la localidad, volvió a recorrer las calles iliplenses un nuevo 8 de septiembre. Y es que los muchos hermanos pineros ven fundamental señalar, en el calendario, el mencionado día como festivo, independientemente de coincidir o no, con fecha de fin de semana.
Para Manuel Vizcaíno, Presidente de la Hermandad de la Virgen del Pino, la organización que supone llevar adelante una procesión, es un trabajo costoso y que precisa una perfecta sincronización de cada una de las partes.
Tanto es así que, a la celebración procesional, se suma el conjunto de actos que preludian el encuentro de la Patrona con el municipio. De entre ellos, cabe señalar el periodo de novenas, el conocido como rosario de la aurora, así como el grueso de actividades tradicionales que componen la capea.
En esta edición, la Patrona del lugar ha hecho su incursión por las calles iliplenses, a costal. Un modo novedoso de cargar la imagen de la Virgen, ya que, hasta la fecha, se hacía a hombro.
Además, el papel desempeñado por las mujeres bordadoras ha sido capital, ya que fueron las responsables del manto que portó la Virgen en las novenas.
Otro de los elementos novedosos de esta edición, ha sido el rostrillo, así como el encaje de bolillos de hilo dorado, obra, este último, de una vecina iliplense, y hermanada de la hermandad de la Virgen del Pino, llamada Aurora.
Una vez más, la ciudadanía de Niebla festejó la salida procesional de su Patrona, dejando patente el sentimiento pinero existente en la localidad.