La sesión ordinaria celebrada ayer en Almonte estuvo marcada, una vez más, por el desacuerdo entre los diferentes grupos políticos. El tema de debate se centró en uno de los puntos del orden del día. Se trata de una modificación presupuestaria sugerida por el equipo de gobierno municipal. Los socialistas han propuesto invertir 712.000 euros en 17 obras de mejora para el municipio y sus núcleos urbanos. Una idea que no ha gustado mucho en la oposición, que se ha basado en el informe del interventor para votar en contra.
En el caso de Mesa de Convergencia, se muestran convencidos de que esa partida económica ni siquiera proviene de un ahorro.
El portavoz del equipo de gobierno ha explicado el famoso informe del interventor. Antonio Joaquín Díaz señala que lo que dice es que las 17 obras tienen que estar justificadas.
Asimismo, el portavoz socialista señala que las 17 obras cuentan con los informes técnicos pertinentes y que la oposición conoce esta información desde hace una semana. Además, invita a que publiquen el texto del interventor.
Por su parte, los populares se quejan, una vez más, de la falta de iniciativa del gobierno municipal. Acusan a los concejales de haber estado “de vacaciones”.
Con respecto a los turnos de intervención, la oposición asegura que el equipo de gobierno no les permite usar el tiempo que necesitan para explicarse. El portavoz socialista, por su parte, asegura que se trata de un caso concreto con el edil de Izquierda Unida. Martínez ya llevaba 8 minutos hablando, cuando lo estipulado por unanimidad es 4 minutos por cada portavoz.
Finalmente, la modificación presupuestaria fue aprobada solo con el voto a favor del PSOE. Y es que a pesar de que los socialistas gobiernan sin mayoría absoluta, sus votos sumaban, ya que algunos concejales de la oposición no pudieron asistir al pleno. De hecho, ese ha sido otro de los asuntos que la oposición ha achacado al gobierno municipal. A este respecto, Antonio Joaquín Díaz ha explicado que se barajaron varias fechas pero en todas iba a faltar alguien y la celebración de la sesión no podía demorarse más, ya que eso afectaría a los plazos necesarios para poner en marcha los proyectos que se llevaron al pleno.