Todos los años, cuando llega el verano, los profesionales nos recomiendan que compremos unas buenas gafas de sol para evitar daños en nuestras retinas. Sin embargo, son muchas las personas que adquieren estas gafas en mercadillos con el consiguiente riesgo para nuestra visión.
Las gafas de sol deben ser homologadas para asegurar su completa protección ocular y visual ya que previenen muchos riesgos.
También, la mayoría de los padres se toman la molestia de poner crema solar a sus hijos. Sin embargo, se olvidan de uno de los mayores riesgos asociados al sol: el daño que provoca en los ojos de los más pequeños.
Así, los oftalmólogos y ópticos intentan concienciar a la población del peligro de un exceso de exposición a los rayos ultravioleta, que es acumulativo e irreversible. Los niños y los adolescentes son especialmente vulnerables a los rayos del sol porque su cristalino no es lo suficientemente maduro y no filtra bien la luz de los rayos ultravioleta, lo que puede provocar daños en la retina.
Una vez conocida las recomendaciones para la visión, también es importante la moda. Eso ya queda a la elección del consumidor.