Después de un fin de semana intenso, donde se han clausurado los actos conmemorativos del 75 aniversario de la bendición de la imagen, la Virgen del Pino ya está en su ermita. Llegó ayer, de manos de los iliplenses que la portaron hasta el paraje de Lavapiés, donde reside habitualmente. En un recorrido de unas tres horas.
Ha vuelto tras un año intenso, en el que ha cambiado su residencia habitual por la parroquia de Niebla. Allí ha estado durante este aniversario. Y allí también ha recibido una nueva corona y un nuevo cetro, en conmemoración de tan magna efeméride. La vuelta, esta vez, ha sido diferente.
Ya en Lavapiés, la patrona iliplense aguarda a su romería en mayo, y a su vuelta al pueblo, el 15 de agosto, donde sus paisanos devotos la esperarán como cada verano.