Según un análisis elaborado por WWF el trasvase de 15 hectómetros cúbicos a los cultivos del entorno de Doñana sería innecesario si se eliminan todas las fincas ilegales.
Para WWF, el trasvase “tan sólo perpetuará el problema del uso insostenible de agua” en el entorno de Doñana, la mayor amenaza para el futuro del Parque Nacional, y puede provocar un “efecto llamada” para crear nuevas superficies de regadíos.
Han recordado además que este nuevo trasvase se suma al de 4,99 hectómetros cúbicos, aprobado en el año 2008, y que “no ha impedido que los cultivos de regadío sigan creciendo de forma ilegal en la zona según los datos de WWF”.
Científicos y los organismos internacionales que velan por la conservación de este espacio Patrimonio de la Humanidad han mostrado en muchas ocasiones su preocupación por este problema, que WWF lleva años denunciando.
WWF se ha opuesto al trasvase a Doñana porque supone “un derroche de dinero público” y porque “la legislación establece que antes de plantear un trasvase es imprescindible controlar el uso de agua, implantar medidas de ahorro y, por supuesto, eliminar las fincas de cultivo y pozos fuera de la ley”.