Agricultores de los municipios de Chucena, Escacena del Campo y Manzanilla han constituido una plataforma para demandar la concesión del agua de riego en sus explotaciones tras la denegación del registro de pozos por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, años después de haberlo solicitado.
Se trata de nuevos cultivos de aceitunas de regadío, pistachos, espárragos y otros, cuyo acuífero del que se nutren sus pozos fue declarado en julio de 2020 como «en riesgo de no alcanzar el buen estado cuantitativo». Según el concejal de Agricultura de Chucena, Antonio Rubio, esto sucede tras la concesión de obras y las inversiones en estas nuevas explotaciones. Esto quiere decir que se está aplicando la norma, con carácter retroactivo, con un período superior a esos 18 meses en los que se deberían haber resuelto los expedientes. Algo que ven injusto, ya que, con los permisos concedidos para las obras, llega este rechazo años más tardes con la inversión ya gastada.
Unos cultivos que dan rentabilidad y riqueza a la zona, creando puestos de trabajo. Hasta 40 familias se han visto afectadas, algunos jóvenes que apostaban por mover la economía en la zona mediante uno de sus principales pilares.
Una situación compleja que se han encontrado estos vecinos, y que, ahora unidos, pretenden encontrar una salida sin que les suponga un grave perjuicio.