Un Sábado Santo más, la simbolización de la muerte de Jesús estuvo representada en Almonte con los pasos del Santo Entierro de Cristo y María Santísima en su Soledad. Tarde apacible, aunque presidida por el recogimiento de los vecinos y allegados a la localidad, que no quisieron perderse esta última procesión de la Semana Santa almonteña.
La hermandad estuvo acompañada por una pequeña representación del resto de hermandades que realizan estación de penitencia en el municipio y por el cuerpo de acólitos del Sagrado Decreto de Huelva. Algunos concejales del consistorio almonteño también quisieron estar presentes en la cofradía. Y por segundo año consecutivo, el toque musical corrió a cargo de la Banda de Musica Virgen de las Mercedes de Bollullos.
Esta hermandad sigue en progreso tras su refundación en 1993. De hecho, la gran novedad ha estado en el estreno de su junta de gobierno, elegida a finales del pasado año y que tomó poder en febrero. Esta nueva dirección cuenta con la experiencia de varios miembros de la junta anterior y las ilusiones renovadas de los recién llegados. Unidad y responsabilidad para que el municipio pueda seguir disfrutando en plenitud de su Sábado Santo.