Las acciones enfocadas a la prevención de incendios que se esta desarrollando en los últimos días ha despertado la memoria histórica de un pueblo que siempre ha velado por los interesas de su pulmón verde.
Así, Almonte ha sido capaz de recordar, que las medidas preventivas y de control frente a incendios, se vienen desarrollando desde hace cientos de años en Almonte y también en Doñana.
Eso sí, lo que hoy es una quema controlada y una formula de ensayo para los profesionales que combaten el fuego, en la antigüedad era la roza. Una práctica agrícola que nuestros mayores realizaban en diversas épocas del año.
Una práctica que se remonta al siglo XVIII y que se hacía sobre las tierras menos fértiles. Una especie de repoblación sobre el monte quemado que permitía el nacimiento de nuevos ejemplares de plantas, árboles y arbustos. Este tipo de agricultura itinerante alivió el hambre a jornaleros y campesinos. En la actualidad, todo es diferente, aunque aún quedan las bases de una agricultura que permitió el desarrollo de lo que hoy conocemos.
Un aprendizaje que se ha ido heredando de generación en generación y que ha sabido agarrarse a la vanguardia. Y todo con un objetivo: velar y proteger el monte.
Así, estos trabajos preventivos nos han hecho conocer una más la historia de la agricultura del Condado. Una acción que sin lugar a dudas, permite proteger al monte de su gran debilidad: los incendios forestales.
Un desastre que cada verano acecha aun más fuerte y que convierte a nuestro pulmón verde, en un blanco perfecto para aquellos que no quieren proteger al campo.
Y es que si hablamos de incendios, el trabajo mano a mano, la prevención y la conciencian de todos sigue siendo la mejor arma para seguir plantando cara a los incendios en nuestra provincia.