La Fiesta de la Luz provoca profundas emociones en lo más hondo de los almonteños. La fe comienza a mostrarse con el rezo del Santo Rosario.
Tras él dio comienzo el acto más solemne de este fin de semana: el de la Vigilia mariana con exposición del Santísimo, uno de los instantes más especiales que vive la Hermandad.
Especialmente emotiva es la presentación de los niños a la Virgen, cuyo inicio se decidió adelantar una hora. Una larga cola de familias con sus pequeños esperaba su momento, el de pasar a los niños por su manto.
Cientos de personas se congregaron en torno a la Blanca Paloma este domingo y Ella les bendecía con su Luz.