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Andalucía ha registrado un centenar de movimientos sísmicos en el último mes

La Tierra se ha movido en Granada en los últimos días. O, mejor dicho, el movimiento constante pero habitualmente silencioso de la corteza terrestre se ha podido sentir en la última semana con cierta intensidad en varios puntos de la provincia de Granada. Lo excepcional no es, sin embargo, extraño, ya que la Cuenca de Granada es una de las zonas de mayor actividad sísmica de la Península Ibérica.

Esta actividad se debe a la colisión de las placas continentales de África y Eurasia, que cada año se aproximan de 4 a 5 milímetros, tal y como han recordado esta semana investigadores del Departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada y del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra. Andalucía en su conjunto es una zona sísmica moderada en el contexto mundial, pero una de las zonas sísmicas más activas en España. Y especialmente, el área de la Cuenca de Granada. Según se puede comprobar en la página del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada, cada día se registran movimientos de la Tierra. En el último mes han sido casi un centenar por encima de magnitud 2 Mw en toda el área monitorizada, que abarca el sur de Portugal, toda Andalucía, parte del levante español y la zona marítima que separa la Península Ibérica de África. La mayor parte de ellos, y los de mayor intensidad, se concentran, no obstante, en la Cuenca de Granada. Los terremotos se producen a consecuencia de la liberación brusca de la energía acumulada en las fallas por la compresión de las placas tectónicas africana y euroasiática.

Históricamente, la mayor parte de los temblores registrados en esta zona son de una magnitud baja (menos de 5,5 Mw) y moderada (hasta 6,5 Mw), aunque también se registran sismos mayores, por encima de 6,5 en la escala sismológica de magnitud del momento, introducida en 1979 y heredera de la popular escala de Richter. El de Lorca (Murcia), en 2011 y localizado en una zona afectada por las mismas fallas, fue de magnitud 5,1 Mw, lo que no impidió sus efectos devastadores. Y, en su mayoría también, se originan muy cerca de la superficie terrestre, a menos de 40 kilómetros de profundidad, según el profesor Francisco Vidal Sánchez, del Instituto Andaluz de Geofísica y del Departamento de Física Teórica y del Cosmos de la Universidad de Granada. Los terremotos de mayor intensidad de esta semana se han producido a una profundidad de entre 3 y 12 kilómetros.

Los terremotos más antiguos de los que se tiene constancia en la zona se remontan al siglo XV. El 1 de enero de 1406 se produjo uno con epicentro en Mojácar (Almería), de magnitud 5,6 Mw y una intensidad macrosísmica de VIII (gravemente dañino). A diferencia de las escalas de magnitud, como la de Richter o la de magnitud del momento, la escala de intensidad macrosísmica (EMS-98) señala el grado en que un terremoto afecta a un lugar concreto. Los primeros movimientos sísmicos registrados de los que hay constancia en la provincia de Granada se produjeron unos años más tarde, en abril y junio de 1431, de magnitud por encima de 7 Mw y con una intensidad macrosísmica de entre VIII (gravemente dañino) y IX (destructor). Estos terremotos destruyeron varias torres de la Alhambra.

Tras éstos vendrían muchísimos más. Como el del sur de Málaga en 1494, de 6,5 Mw, o el de 7,2 Mw en el suroeste de Almería de 1522. En 1531, en Baza se registró otro terremoto de magnitud 6,3 Mw y de intensidad macrosísmica VIIIIX, similar a los anteriores. Pero, sin duda, el mayor terremoto registrado en la zona, conocido como el Terremoto de Andalucía, se produjo en Arenas del Rey el día de Navidad de 1884, con varias réplicas en las semanas siguientes.

De magnitud 6,7 Mw, tuvo una intensidad macrosísmica de entre IX (destructor) y X (muy destructor). Provocó daños en 106 poblaciones diferentes y destruyó por completo Arenas del Rey y Ventas de Zafarraya. Provocó daños en una extensión de terreno de 200 kilómetros de largo por 80 de ancho que se extendía por las provincias de Málaga y Granada, según explica Vidal Sánchez en su estudio sobre El terremoto de Alhama de Granada de 1884 y su impacto. El balance fue desolador: 1.200 muertos, 1.500 heridos, 4.400 casas destruidas por completo y más de 26.000 afectadas en distinto grado. Más recientemente, en 1956 se produjo un terremoto en Albolote, de magnitud similar al de Lorca (5,2 Mw), que derrumbó centenares de edificios en la Vega de Granada y se cobró la vida de 12 personas.

Pre-Emergencia en Granada
La Junta de Andalucía activó el pasado martes, 26 de enero, por la noche la fase de pre-emergencia contemplada en el Plan de Emergencia ante el Riesgo Sísmico en la provincia de Granada. Ello implica el seguimiento instrumental y el estudio de los fenómenos sísmicos, que se están registrando sin causar daños materiales relevantes ni víctimas personales, y el establecimiento de una comunicación constante con las autoridades en materia de Protección Civil y la ciudadanía de cualquier novedad que se pudiera producir.

Las sacudidas de la última semana se han percibido en localidades de las provincias de Granada, Málaga y Jaén, como Churriana de la Vega, Cúllar Vega, Gójar, La Zubia, Villanueva de Mesía, Bailén, Santa Fe, Cijuela, Granada capital, Fuente Vaqueros, Cenes de la Vega, Atarfe, Alcalá la Real, Padul, Málaga, Jaén, Alhendín, Peligros, Pulianas, Salobreña, Monachil, Iznalloz y Úbeda. No se han producido, hasta ahora, daños personales y los daños materiales notificados son grietas y desprendimientos de elementos ornamentales en algunas viviendas de Granada, Atarfe y Santa Fe.

Fuentes del 112 explican que desde el mes de diciembre se han registrado terremotos superficiales (a menos de 10 kilómetros de profundidad) al noroeste de la ciudad de Granada en el entorno de las localidades de Atarfe, Pinos Puente y Santa Fe, con magnitudes, en su mayoría, inferiores a 2,5 Mw, no perceptibles por la población, que sólo los siente a partir de una magnitud de 3 Mw.

Recomendaciones en caso de terremotos
En caso de episodios sísmicos, Emergencias 112 Andalucía recomienda mantener la calma y no alentar situaciones de pánico, bulos ni rumores. Mientras se produce el seísmo, lo recomendable es permanecer en el lugar donde uno se encuentre, tanto si se está dentro de un edificio o en la calle, ya que al entrar y salir de los edificios se pueden producir accidentes. Dentro de un edificio es necesario buscar estructuras fuertes donde cobijarse, como por ejemplo una mesa o una cama, bajo el dintel de una puerta, junto a un pilar, una pared maestra o en un rincón. Tras la sacudida, se recomienda salir ordenadamente de los edificios usando las escaleras y nunca usar el ascensor para la evacuación.

En el caso de encontrarse en el exterior, se aconseja alejarse de cables eléctricos, cornisas, cristales y demás elementos que puedan sufrir roturas o desprendimientos a causa del movimiento.

Si el terremoto sorprende a los ciudadanos en mitad de un viaje en el interior de un vehículo, es necesario pararlo de inmediato donde permita el tráfico y permanecer dentro del mismo hasta que finalice el temblor. Se debe comprobar que no hay heridos, examinar a los que están alrededor y no olvidar que los heridos graves no deben moverse, a no ser que se tenga conocimiento de cómo hacerlo o en caso de empeoramiento grave o peligro inminente, hasta la llegada
de los profesionales sanitarios. Es conveniente comprobar el estado de las conducciones de gas, agua y electricidad, visualmente y por el olor, sin poner en funcionamiento nada. No se debe usar el teléfono a menos que sea para situaciones de urgencia. Se aconseja conectar la radio y seguir las indicaciones de las autoridades a través
de los medios de comunicación y las cuentas oficiales en redes sociales (por ejemplo: @E112Andalucia / Facebook 112 Andalucía / @IGNSpain).