La consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, ha firmado hoy en Bruselas la adhesión de Andalucía al Pacto Rural Europeo, iniciativa que apuesta por fomentar la creación de nuevas oportunidades, mejorar las infraestructuras y servicios y avanzar en digitalización como vía para fijar la población al territorio. “Desde Andalucía, nos unimos a una tendencia clara en la Unión Europea que apuesta por el establecimiento de una política de desarrollo rural intensa que debe aplicarse de forma integral”, ha apuntado.
En este acto oficial de firma han participado, en representación de la Comisión Europea, el director de la Unidad de Planes Estratégicos de la PAC II, Zonas Rurales y Network de la Comisión Europea, Mario Milouchev; y la jefa de unidad de Zonas Rurales y Network, Antonia Gámez. Por parte de la Junta de Andalucía, han asistido junto a la consejera el secretario general de fondos Agrarios y Desarrollo Rural, Manuel Alías; y la delegada de la Junta de Andalucía en Bruselas, Catalina de Miguel.
Carmen Crespo ha recalcado la apuesta de la Junta por “desarrollar el mundo rural” en una región donde el 67% de las poblaciones (528 municipios) tienen menos de 5.000 habitantes y se corresponden con zonas rurales. “Tenemos que seguir introduciendo elementos de estructura que permita su desarrollo y, para eso, proponemos la puesta en marcha de un Observatorio de las Zonas Rurales y la colaboración con la UE para avanzar en la gobernanza de estas áreas mediante la labor que se desarrolla en el grupo de trabajo del Pacto Rural Europeo”, ha afirmado.
En cuanto a las medidas impulsadas por la Junta de Andalucía, la consejera ha puesto en valor la Estrategia de Desarrollo Rural Horizonte 2030 que impulsa esta región para “fortalecer la colaboración público-privada en estas zonas con el fin de crear empleo, posibilidades y una estructura más posibilista para que continúe su crecimiento”. El objetivo de esta iniciativa andaluza es implementar medidas adicionales para que la región siga avanzando hacia el desarrollo rural integral y sostenible aprovechando el rol estratégico de la agricultura y las actividades económicas respetuosas con el entorno que ya existen para fomentar el emprendimiento a través de la diversificación de los sectores productivos.