Unas horas más tardes de la reunión en la que todos los grupos de la oposición pidieron su dimisión, era el propio Antonio Joaquín Díaz quien se dirigía a su pueblo. Lo hacía a través de sus redes sociales ante lo que considera «una cacería política contra él, el ayuntamiento y la Policía Local».
Manifestando antes que nada su respeto a las víctimas del doble crimen y sus familiares, Antonio Joaquín Díaz se dirigió anoche a Almonte. Con gesto serio, ha asegurado que entiende a la familia de las víctimas, pues ante su dolor, pueden estar legitimados a reivindicar lo que consideren oportuno. Sin embargo, considera que los partidos políticos «están aprovechando este dolor para conseguir un puñado de votos más».
Con respeto a su reunión con Baena, uno de los abogados del único acusado por el doble crimen, Antonio Joaquín Díaz se muestra tajante. Este abogado tiene como clientes a empresarios y particulares de Almonte y, es su deber, como concejal, «atenderlo como a cualquier otro abogado».
La fecha de esa reunión también ha sido controvertida. Díaz ha explicado que se equivocó, que la reunión fue el dia 4 de diciembre.
Otro punto controvertido de este asunto es Rivera Zarandieta, otro de los abogados del único acusado por el doble crimen de Almonte. En este sentido, Antonio Joaquín Díaz, ha indicado que es su socio junto con más personas en una empresa local de administración de fincas.
Y lo más importante. El cuchillo. Anoche Díaz reiteró lo que ya manifestó la Policía Local: que el cuchillo se entregó pero no se decepcionó por parte de la Guardia Civil, siendo los policías los que decidieron guardarlo y que, es el día 12 de diciembre, cuando entregan el cuchillo y toda la información al Juzgado pues «hasta esa fecha no se les había requerido».
El concejal de Seguridad Ciudadana ha manifestado su absoluta confianza en la justicia, y como este asunto ya en sede judicial, entiende que habrá que esperar el resultado del análisis del propio cuchillo «para que quede en evidencia si guarda alguna relación con los sucesos».
Y el kit de la cuestión, su dimisión. Antonio Joaquín Díaz aseguró que no dimite «pese a que sería lo más fácil para él y su familia». No dimite, dice, porque «no ha cometido ningún delito, porque no tiene nada de lo que arrepentirse y por el apoyo que ha sentido por parte de muchos de sus vecinos».
Díaz terminó su intervención lamentando el linchamiento público contra su persona, contra el ayuntamiento de Almonte y contra la propia Policía Local, a pesar a que actuó, dice «de forma cabal y profesional».