La refinería La Rábida de Cepsa, ubicada en la provincia de Huelva, ha llevado a cabo durante el mes de febrero la primera parada programada del año en su planta de Reformado de Naftas Ligeras (RNL). Para llevar a cabo los trabajos programados, se ha contado con una media de 500 trabajadores diarios de empresas contratistas, a los que habría que sumar el personal propio de Cepsa.
Según ha informado la empresa en una nota de prensa, la parada, programada para realizar el cambio de catalizador en una de sus unidades de la planta, se ha aprovechado también para ejecutar nuevos proyectos de ingeniería destinados a mejorar su eficiencia. La inversión realizada asciende a 11,6 millones de euros.
Así, han explicado que, detrás de cada parada, hay un trabajo previo de planificación muy exhaustivo que comienza un año antes. Además, el desarrollo de una parada requiere de un gran trabajo de coordinación de todas las unidades y departamentos que participan; desde el área de Compras y Almacén hasta el área de Operaciones, pasando por Mantenimiento, Ingeniería, Medio Ambiente y Seguridad.
Esta coordinación, junto al riguroso control de las tareas diarias, resulta esencial para garantizar la seguridad de las personas y de las instalaciones. En este sentido hay que destacar que durante la parada no se ha producido ningún accidente ni incidente, cumpliéndose el índice cero de accidentabilidad, «objetivo constante y valor esencial de la compañía».
La planta de Reformado de Naftas Ligeras (RNL) entró en funcionamiento en 2006 para producir benceno e hidrógeno de alta pureza. El hidrógeno se utiliza para la fabricación de ciclohexano y para eliminar el azufre de gasóleos, querosenos y naftas, permitiendo cumplir con las muy exigentes especificaciones ambientales de azufre en los combustibles.