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El pasado viernes llegó el mes de mayo y con él la celebración por excelencia de nuestra comarca, las Cruces. En Bonares, la jornada del 1 de mayo es la dedicada a los pequeños de la casa, que se convierten en los protagonistas de esta tradición con la celebración de las Cruces Chicas.
El calor y el buen tiempo caracterizaron una de las jornadas más coloristas y esperadas de las fiestas de Bonares. La localidad se volcaba el pasado viernes en las Cruces Chicas, una celebración en el que se reproduce cada uno de los detalles que veremos el tercer domingo de mayo en el Día Grande de la Cruz.
Así, los pequeños portaron doce pequeñas réplicas de los Santos Maderos bonariegos, que iban acompañados por sus correspondientes padrinos y madrinas, mayordomos y estandartes. Abría la comitiva un tamboril y lo cerraba la banda municipal de música que entonaba el famoso ‘romerito’.
Tras realizar un breve recorrido por las calles del centro de la localidad, las cruces llegaron a la plaza de la Constitución para cumplir con otra tradición: realizar las ‘caídas’ a la Cruz del Rincón, la más antigua del municipio.
Unas caídas que fueron premiadas por el Ayuntamiento aunque fueron los propios pequeños, representando a cada una de las cruces, los encargados de valorar las de mayor belleza.
El primer premio fue a parar a la Cruz del Pilar, el segundo a la de Triana y el último a la Cruz de la Calle La Fuente, que recibieron un reconocimiento institucional. No obstante todas ellas fueron obsequiadas con un cheque de 50 euros valorando así su esfuerzo y participación.
Tras la celebración de las Cruces Chicas, la localidad inicia ya la cuenta atrás para el resto de actos cruceros como son el pregón, la verbena, el romerito y la procesión de las cruces.
